martes, 18 de octubre de 2011
miércoles, 10 de agosto de 2011
UNA PASTILLITA POR AMOR A DIOS
Es increíble como las redes sociales están plagadas de mensajes solicitando medicamentos urgentes para enfermos (sobre todo niños) que van desde un cáncer hasta un síndrome de Down, mientras que nuestro presidente alardea en cada una de sus apariciones de los más extravagantes lujos, como por ejemplo el Bentley que lo llevo al aeropuerto en su última salida a Cuba que podría estar valorado en unos 300 mil dólares, unos 1.287.567,39 BsF al cambio oficial.
A finales de 2010, el Gobierno de Venezuela anunció la eliminación del dólar preferencial, y a partir del 1º de enero de 2011 todas las transacciones en dólares se cotizan a una tasa única de Bs.F 4,30. Esta medida se tomó para "simplificar" las operaciones que se realizan a través de Cadivi, lo cual ha afectado a todos los sectores de alimentación, salud, ciencia y tecnología en nuestro país.
“Simplificar” es la palabra clave, porque con estas medidas lo que hacen es facilitar la danza de miles de millones de dólares que en esa gran carpa chavista, aprovechan los carroñeros revolucionarios disfrazados de pueblo, para devorar de la manera más descarada e impune las arcas de nuestra querida patria.
Durante los últimos meses miles de personas, con récipe en mano, han acudido en vano a las farmacias. Salir de allí sin poder adquirir sus requerimientos se ha convertido en una constante, cuando se trata de medicamentos para enfermedades renales, cáncer, diabetes, tiroides, HIV, antidepresivos, anticonvulsivos, antigripales, entre otros.
No obstante los voceros oficiales del gobierno cínicamente advierten que no hay escasez alguna y que sólo se trata de una alarma mediática y terrorista. Tal como lo afirmara en su momento el ex titular del Ministerio de Comercio, Eduardo Samán, quien acusó a los medios de comunicación de crear zozobra en la población.
He de suponer por una simple ecuación aritmética que si el 65 por ciento de la población, según cifras publicadas por Datanálisis, percibe que este gobierno es un maula y que la situación cada día empeora para los venezolanos, el otro 35 por ciento debe estar compuesto por los buitres que se están aprovechando de este festín de corrupción que lidera Hugo Chávez.
Mientras este desastre campea el insigne presidente de la República Bolivariana de Venezuela se va a Cuba a tratarse sus enfermedades bajo la supervisión de los mejores especialistas del mundo, sin ningún tipo de restricción y con el dinero de todos los venezolanos.
Atrás quedamos los que por la difícil situación no tenemos cómo costearnos un tratamiento médico, más allá de los que teniendo las posibilidades económicas no encuentran maneras de conseguir los medicamentos por la escasez y deben recurrir a los servicios públicos de los medios de comunicación y a las redes sociales para pedir por caridad ayuda para salvaguardar la salud de familiares y amigos.
A veces cuando recibo estas solicitudes de ayuda en mi correo, me pregunto qué nos falta a los venezolanos para que por encima de esa cultura solidaria que nos caracteriza, nos organicemos y salgamos de una vez por todas a pedir cuentas y a exigir lo que por derecho nos pertenece. Soluciones dignas. Será una próxima elección ?. Amanecerá y veremos.
Jorge Olivares Acosta
C.I. 5.603.180
sábado, 16 de julio de 2011
HUGO, ESTAS MUERTO DE MIEDO
Según la enciclopedia virtual Wikipedia el miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. La máxima expresión del miedo es el terror.
Desde que nacemos la deprivación materna (separación del cuerpo materno) produce estrés, es por eso que el bebé llora, porque es la única conducta que su cerebro es capaz de provocar ante el miedo que experimenta, de allí en adelante son muchas las percepciones a las que nos exponemos y que nos impregnan en la psiquis cualquier cantidad de miedos.
Obviamente dependiendo del medio cultural, religioso o de creencias en que nos desarrollemos y del mapa mental que construyamos, los miedos serán más grandes o más pequeños, serán más intensos o menos intensos, pero de cualquier forma serán miedos.
Históricamente han existido hombres muy “valientes” como tú Hugo, que no te has cansado de desafiar a Dios, al hombre y a la naturaleza; que te has cagado en la madre de Reyes, Presidentes, Políticos, Religiosos y hasta en la madre de todo un pueblo; que has permitido que tus hordas de delincuentes tarifados arremetan contra iglesias, sinagogas, imágenes religiosas y contra todo aquello que no huela a tu miserable revolución.
Pero en esta oportunidad quedaste desenmascarado Hugo, tienes miedo, se te nota en la cara, en los gestos, cuando hablas, cuando actúas; y es que el miedo no te dejo ni siquiera hacer los cambios que Castro te ordenó hicieras, porque tus lacayos no te ladraron pero te enseñaron los dientes.
Desde el punto de vista social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de la persona. Se puede por tanto aprender a temer objetos o contextos, y también se puede aprender a no temerlos, se relaciona de manera compleja con otros sentimientos (miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridículo) y guarda estrecha relación con los distintos elementos de la cultura.
En este caso lo único que has demostrado hasta el sacio es no tenerle miedo al ridículo, porque al miedo le tienes miedo, te acobardaste cuando te llevaron a la Orchila y no tenías la certeza a donde ibas a parar, le tienes miedo al amor y aquí no quiero hacer referencias por respeto a quienes se han involucrado contigo y has despreciado y menospreciado hasta públicamente, pero sobre todo y de esto no me queda la menor duda, le tienes miedo a la muerte.
Yo diría que todos le tenemos miedo a la muerte, las distintas religiones hablan de un tránsito hacia un mundo mejor, no es difícil imaginar algo así, un paraíso. Sin embargo personas de todas las religiones, incluso aquellos que consideran la reencarnación como la opción con la que se explican este tránsito, manifiestan tener este miedo a morir.
Resulta ilógico que, si realmente estamos convencidos de la idea de lo que supone la muerte, ese paso deberíamos verlo como algo positivo y por lo tanto no asustarnos sino todo lo contrario, debería ser una liberación.
Pero esto tiene mucho que ver con lo tranquilos o no que estemos con nuestra conciencia y eso Hugo es justamente lo que a ti te falta, tranquilidad en la conciencia; has hecho mucho daño, lo sigues haciendo, pero ahora la cosa se te puso chiquitica y estás muerto de miedo.
Te entiendo y de verdad no es mi deseo que estés pasando por esta prueba, no se lo desearía ni a mi peor enemigo, pero te confieso que tampoco te voy a mandar a hacer una misa para que se restituya tu salud, prefiero hacérsela a la jueza Afiuni, a Forero o a Mazuco y si llegara a suceder lo peor de pana que preferiría hacérsela a Franklin Brito.
Por último me gustaría expresar lo que una vez escribió la Psicóloga Rosa Montero en uno de sus artículos “no sirve de nada hacer o dejar de hacer cosas por si la muerte nos alcanza, porque realmente llega cuando tiene que llegar y de nada nos sirve huir de ella”. Sucede como en el cuento del hombre que se encontró con la muerte en una ciudad y corrió para huir de ella al desierto hasta una cueva y cuando llegó la noche, se le presento La Muerte y le dijo: “Me sorprendió verte esta mañana en la ciudad sabiendo que ibas a morir en una cueva en el desierto”.
Jorge Olivares Acosta
C.I. 5.603.180
CNP 5.953
domingo, 10 de julio de 2011
Charito Rojas: Escrito sin piedad
“El que a hierro mata, no puede morir a sombrerazos”. Refrán popular.
Hay una ley de la física que dice que “a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud pero de sentido inverso”. Lo cual en lenguaje llano quiere decir que quien hace daño, este se le devuelve en algún momento de su vida, es como un efecto boomerang. Y es de una justicia bíblica: tanto das, tanto recibes, lo mismo que otorgas te será concedido. Aunque no sea en forma inmediata. Pero así opera la justicia. La terrenal y también la divina.
Nadie puede hacer tanto daño impunemente y sobre todo, nadie puede retar a Dios como el Presidente lo ha hecho, disponiendo de la libertad y de la prosperidad de un país como si fuesen propias, colocándose por encima de las leyes de los hombres, de la naturaleza y del espíritu. Sus acciones desde que apareció en el panorama público, han sido las de un hombre implacable, impío, carente de sensibilidad hacia quienes no rindan culto a su personalidad y a su pensamiento.
Los venezolanos somos tan buena gente que rayamos en lo pendejo. Nadie quiere ser el primero en decir públicamente ¡bien hecho! Ciertamente eso es algo feo, vil, poco católico. Pero hay que tener por lo menos la decencia de no mentir como lo han hecho los personeros del régimen, quienes después de semanas de ocultarle la verdad al país o de mentir descaradamente como Soto Rojas (quien juró que el Presidente no tenía cáncer), salieron a caerse a dentelladas en privado para ver quien mandaba más mientras en público aparentaban unidad y sonreían diciendo que el hombre esta de maravilla, que se está recuperando, que está gobernando desde su cama y que ellos van Pa´lante Comandante.
La oposición, pese a las sensatas declaraciones de Ramón Guillermo Aveledo y los llamados de atención de María Corina Machado acerca de la inconstitucional ausencia presidencial, lo único que le ha faltado es mandar a hacer una misa en la catedral por la salud de quien todos los días les cae a fuetazos. ¡Hasta han propuesto un gobierno de unidad nacional! ¿Qué les pasa? ¿No están viendo que la enfermedad del Presidente sólo ha servido para reforzar su liderazgo único? ¿No ven que los actos del Bicentenario han sido perfectos para dar la imagen de una revolución socialista triunfante, que tiene un candidato único para 2012, que se llama San Hugo Rafael de Todos los Santos? La secta chavista tiene una sola deidad, lo adoran por encima de su miseria, no le importan las promesas incumplidas. Para los fanáticos de San Hugo no valen razones, Constitución, ni derechos de quienes no son chavistas. Este es el verdadero panorama que enfrentamos. Y que enfrentaremos si su líder llega a faltarles por cualquier razón.
Confieso que cuando lo ví pálido, enfermo y con la voz quebrada, aferrándose al manto de la Virgen (¡¡¡¡!!!), dándole gracias a Dios por estar vivo, me dio lástima. Lástima de verdad por este ser que se autoniveló con Bolívar y hasta con el mismo Jesucristo. Lástima por quien tiene años entregado (en cuerpo, alma, vida y salud, se lo reconozco) a una revolución que ha resultado ser algo así como un sainete donde la María Lionza es él. Esto no es un movimiento político serio, con ideología y finalidad de dar bienestar a todos los venezolanos. No, esto es una secta de fanáticos, cosa que le gusta al Comandante; que sigue al dedillo todas las pautas de odio que les imparten, cosa que también le encanta; pero en cuya secta también militan al lado de los fanáticos un grupo de depredadores que medran a placer mientras disimulan su corrupción alimentándole el delirio de gloria a su amo. Me da lástima este hombre que no tienen amigos sino súbditos, que no tiene mujer que lo consuele y cuide, sino unas hijas que usa como comodines.
Pero seguidamente a la lástima, pienso en el asesinato de la democracia en mi país. La mejor muestra de la destrucción del sistema democrático la acabamos de ver en el desfile Bicentenario: los militares, supuestamente servidores de la nación, se declararon ante el mundo “socialistas”, mientras los locutores militares repetían una y otra vez los preceptos revolucionarios y las palabras del Presidente en cuanto a su retorno, a “subir el Chimborazo”, a “escalar dejando atrás la oscuridad” y una serie de babosadas más que dice un coplero cuando esta emocionado y enfermo. En la cara de todos nosotros la Fuerza Armada y su Comandante violan la Constitución: “Artículo 6: El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables” ¿Dónde dice que es socialista? En Los Próceres lo que hubo fue una celebración de la revolución chavista, no una fiesta Bicentenaria donde participara todo el país. Ningún gobernador ni diputado de la oposición fue invitado. Quien no porte la camisa roja nada tenía que buscar allí. Una vez más el sectarismo y la exclusión robaron la historia verdadera de la Nación.
También me invade la lástima recordar a los 20.000 trabajadores de Pdvsa despedidos sin compasión, sin prestaciones, perseguidos para que no trabajasen en Venezuela, sus familias botadas de las casas en los campos petroleros y ahora regados por todo el mundo siendo útiles a compañías petroleras extranjeras mientras Pdvsa está quebrada económica y moralmente. Cuando se me conmueve el corazón ante la enfermedad presidencial, pienso en tantas lágrimas que he visto en estos 12 años de madres a quienes le mataron a sus hijos; en amigos que he perdido a manos del hampa; en familias separadas por los exilios obligados. Pienso en todas las muertes cuyo único culpable es el odio y la intolerancia sembrado en un país que no conocía esos sentimientos. Me acongojo cuando pienso en Franklin Brito, en los estudiantes, en los enfermeros, en los médicos, en los trabajadores que arriesgan y hasta pierden la vida en sus luchas ante un gobierno sordo y cínico. Cuando rememoro el discurso ácido y ofensivo contra mi Iglesia Católica, contra los periodistas, contra los productores. Recuerdo también tanto dolor en personas que han perdido sus bienes, sus negocios, sus tierras. Recuerdo su risa expropiadora y tantos insultos destemplados… y tengo que contenerme para no pensar que Dios castiga sin palo y sin rejo.
Son doce años en que demasiados venezolanos han sufrido graves pérdidas personales y económicas, pero en que todos hemos perdido libertades y derechos. Por eso creo que todo sucede por algo. Tal vez necesitábamos un gobierno así para apreciar lo felices que éramos y no lo sabíamos. Tal vez la enfermedad de Chávez le sirva para reflexionar (aunque me acusen de pendeja) si está en el camino correcto. Tal vez este trancazo a su divinidad le obligue a tener la humildad para reconocer que los remedios que pone al país son peores que las enfermedades que lo aquejan y de buena parte de las cuales él es el gran responsable.
Lo último que se pierde es la esperanza. Hasta ahora en ninguna de sus alocuciones después que confesó su enfermedad ha insultado a la oposición, a los medios ni a nadie. Está humildito y no sabemos cuánto le durará. Parece saber (aparte de que es finito) claramente dos cosas: que sólo lo mantiene la adoración de las masas a su persona, ya que la razón está en su contra; lo segundo, que sus enemigos están en su entorno. Los jaladores, los corruptos, los ineptos, los hipócritas, le hacen mucho daño a su salud y a su gobierno.
El Chimborazo es una tontería ante lo que encara el Presidente: un país enguerrillado por los problemas que su mismo gobierno ha potenciado u ocasionado y una salud quebrantada por una enfermedad mortal que requiere tranquilidad, reposo y tratamiento continuo. Si el Presidente se empeña en lanzarse a una nueva candidatura es probable que pierda la vida o la silla de Miraflores. O las dos.
Quiero que Chávez viva. No lo quiero mártir, instalado en los altares populares al lado de José Gregorio Hernández. Quiero que termine su mandato teniendo un acto de sensatez hacia el país, juntando lo que dividió, pidiendo perdón a quienes hizo daño y tratando de terminar su episodio en paz con los venezolanos y consigo mismo. Este es un asunto de vida o muerte. Vale la pena que el Presidente intente dialogar con esa otra parte del país para evitar que le pase lo que al Cardenal Ignacio Velasco, quien murió en el 2003, justamente de cáncer. Los chavistas hicieron fiesta, lanzaron cohetones y escupieron el féretro cuando salió de la Catedral para su sepultura. Y el Presidente dijo en un mitin “A ese Cardenal yo me lo voy a conseguir en el infierno”…
Charitorojas2010@hotmail.com
Hay una ley de la física que dice que “a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud pero de sentido inverso”. Lo cual en lenguaje llano quiere decir que quien hace daño, este se le devuelve en algún momento de su vida, es como un efecto boomerang. Y es de una justicia bíblica: tanto das, tanto recibes, lo mismo que otorgas te será concedido. Aunque no sea en forma inmediata. Pero así opera la justicia. La terrenal y también la divina.
Nadie puede hacer tanto daño impunemente y sobre todo, nadie puede retar a Dios como el Presidente lo ha hecho, disponiendo de la libertad y de la prosperidad de un país como si fuesen propias, colocándose por encima de las leyes de los hombres, de la naturaleza y del espíritu. Sus acciones desde que apareció en el panorama público, han sido las de un hombre implacable, impío, carente de sensibilidad hacia quienes no rindan culto a su personalidad y a su pensamiento.
Los venezolanos somos tan buena gente que rayamos en lo pendejo. Nadie quiere ser el primero en decir públicamente ¡bien hecho! Ciertamente eso es algo feo, vil, poco católico. Pero hay que tener por lo menos la decencia de no mentir como lo han hecho los personeros del régimen, quienes después de semanas de ocultarle la verdad al país o de mentir descaradamente como Soto Rojas (quien juró que el Presidente no tenía cáncer), salieron a caerse a dentelladas en privado para ver quien mandaba más mientras en público aparentaban unidad y sonreían diciendo que el hombre esta de maravilla, que se está recuperando, que está gobernando desde su cama y que ellos van Pa´lante Comandante.
La oposición, pese a las sensatas declaraciones de Ramón Guillermo Aveledo y los llamados de atención de María Corina Machado acerca de la inconstitucional ausencia presidencial, lo único que le ha faltado es mandar a hacer una misa en la catedral por la salud de quien todos los días les cae a fuetazos. ¡Hasta han propuesto un gobierno de unidad nacional! ¿Qué les pasa? ¿No están viendo que la enfermedad del Presidente sólo ha servido para reforzar su liderazgo único? ¿No ven que los actos del Bicentenario han sido perfectos para dar la imagen de una revolución socialista triunfante, que tiene un candidato único para 2012, que se llama San Hugo Rafael de Todos los Santos? La secta chavista tiene una sola deidad, lo adoran por encima de su miseria, no le importan las promesas incumplidas. Para los fanáticos de San Hugo no valen razones, Constitución, ni derechos de quienes no son chavistas. Este es el verdadero panorama que enfrentamos. Y que enfrentaremos si su líder llega a faltarles por cualquier razón.
Confieso que cuando lo ví pálido, enfermo y con la voz quebrada, aferrándose al manto de la Virgen (¡¡¡¡!!!), dándole gracias a Dios por estar vivo, me dio lástima. Lástima de verdad por este ser que se autoniveló con Bolívar y hasta con el mismo Jesucristo. Lástima por quien tiene años entregado (en cuerpo, alma, vida y salud, se lo reconozco) a una revolución que ha resultado ser algo así como un sainete donde la María Lionza es él. Esto no es un movimiento político serio, con ideología y finalidad de dar bienestar a todos los venezolanos. No, esto es una secta de fanáticos, cosa que le gusta al Comandante; que sigue al dedillo todas las pautas de odio que les imparten, cosa que también le encanta; pero en cuya secta también militan al lado de los fanáticos un grupo de depredadores que medran a placer mientras disimulan su corrupción alimentándole el delirio de gloria a su amo. Me da lástima este hombre que no tienen amigos sino súbditos, que no tiene mujer que lo consuele y cuide, sino unas hijas que usa como comodines.
Pero seguidamente a la lástima, pienso en el asesinato de la democracia en mi país. La mejor muestra de la destrucción del sistema democrático la acabamos de ver en el desfile Bicentenario: los militares, supuestamente servidores de la nación, se declararon ante el mundo “socialistas”, mientras los locutores militares repetían una y otra vez los preceptos revolucionarios y las palabras del Presidente en cuanto a su retorno, a “subir el Chimborazo”, a “escalar dejando atrás la oscuridad” y una serie de babosadas más que dice un coplero cuando esta emocionado y enfermo. En la cara de todos nosotros la Fuerza Armada y su Comandante violan la Constitución: “Artículo 6: El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables” ¿Dónde dice que es socialista? En Los Próceres lo que hubo fue una celebración de la revolución chavista, no una fiesta Bicentenaria donde participara todo el país. Ningún gobernador ni diputado de la oposición fue invitado. Quien no porte la camisa roja nada tenía que buscar allí. Una vez más el sectarismo y la exclusión robaron la historia verdadera de la Nación.
También me invade la lástima recordar a los 20.000 trabajadores de Pdvsa despedidos sin compasión, sin prestaciones, perseguidos para que no trabajasen en Venezuela, sus familias botadas de las casas en los campos petroleros y ahora regados por todo el mundo siendo útiles a compañías petroleras extranjeras mientras Pdvsa está quebrada económica y moralmente. Cuando se me conmueve el corazón ante la enfermedad presidencial, pienso en tantas lágrimas que he visto en estos 12 años de madres a quienes le mataron a sus hijos; en amigos que he perdido a manos del hampa; en familias separadas por los exilios obligados. Pienso en todas las muertes cuyo único culpable es el odio y la intolerancia sembrado en un país que no conocía esos sentimientos. Me acongojo cuando pienso en Franklin Brito, en los estudiantes, en los enfermeros, en los médicos, en los trabajadores que arriesgan y hasta pierden la vida en sus luchas ante un gobierno sordo y cínico. Cuando rememoro el discurso ácido y ofensivo contra mi Iglesia Católica, contra los periodistas, contra los productores. Recuerdo también tanto dolor en personas que han perdido sus bienes, sus negocios, sus tierras. Recuerdo su risa expropiadora y tantos insultos destemplados… y tengo que contenerme para no pensar que Dios castiga sin palo y sin rejo.
Son doce años en que demasiados venezolanos han sufrido graves pérdidas personales y económicas, pero en que todos hemos perdido libertades y derechos. Por eso creo que todo sucede por algo. Tal vez necesitábamos un gobierno así para apreciar lo felices que éramos y no lo sabíamos. Tal vez la enfermedad de Chávez le sirva para reflexionar (aunque me acusen de pendeja) si está en el camino correcto. Tal vez este trancazo a su divinidad le obligue a tener la humildad para reconocer que los remedios que pone al país son peores que las enfermedades que lo aquejan y de buena parte de las cuales él es el gran responsable.
Lo último que se pierde es la esperanza. Hasta ahora en ninguna de sus alocuciones después que confesó su enfermedad ha insultado a la oposición, a los medios ni a nadie. Está humildito y no sabemos cuánto le durará. Parece saber (aparte de que es finito) claramente dos cosas: que sólo lo mantiene la adoración de las masas a su persona, ya que la razón está en su contra; lo segundo, que sus enemigos están en su entorno. Los jaladores, los corruptos, los ineptos, los hipócritas, le hacen mucho daño a su salud y a su gobierno.
El Chimborazo es una tontería ante lo que encara el Presidente: un país enguerrillado por los problemas que su mismo gobierno ha potenciado u ocasionado y una salud quebrantada por una enfermedad mortal que requiere tranquilidad, reposo y tratamiento continuo. Si el Presidente se empeña en lanzarse a una nueva candidatura es probable que pierda la vida o la silla de Miraflores. O las dos.
Quiero que Chávez viva. No lo quiero mártir, instalado en los altares populares al lado de José Gregorio Hernández. Quiero que termine su mandato teniendo un acto de sensatez hacia el país, juntando lo que dividió, pidiendo perdón a quienes hizo daño y tratando de terminar su episodio en paz con los venezolanos y consigo mismo. Este es un asunto de vida o muerte. Vale la pena que el Presidente intente dialogar con esa otra parte del país para evitar que le pase lo que al Cardenal Ignacio Velasco, quien murió en el 2003, justamente de cáncer. Los chavistas hicieron fiesta, lanzaron cohetones y escupieron el féretro cuando salió de la Catedral para su sepultura. Y el Presidente dijo en un mitin “A ese Cardenal yo me lo voy a conseguir en el infierno”…
Charitorojas2010@hotmail.com
martes, 5 de julio de 2011
El cáncer del odio
Miyo que ha escrito 293 entradas para las crónicas de Chris Gaia dijo:”En la vida diaria una situación, persona o cosa, te gusta o no te gusta. O es el amor o es el rechazo. Cuantas menos cosas te gusten más grande es tu orgullo y más difícil que puedas superar una grave enfermedad. El cáncer suele aparecer en gentes llenas de rencor y amargura, gentes que no se aman y que se sienten víctimas de las circunstancias o del entorno. Rechazan lo que son, no son capaces de asumir la culpabilidad que arrastran (la proyectan sobre los otros, las circunstancias o dios) y eso ha creado el cáncer, pero su actitud tiene que cambiar radicalmente para que la enfermedad pueda revertir. Cargan mucho dolor, frustración y rechazo sobre sus hombros; convierten a los demás en culpables de su situación; están llenos de resentimiento y son incapaces de perdonar y por tanto de perdonarse a sí mismos”.
Hugo Chávez es la personificación de estos conceptos, no puede esperar menos de la vida un ser que ha sembrado tanto odio entre los Venezolanos, que ha dividido la patria que hace 200 años Bolívar consagró con tanto esfuerzo, que ha malversado los dineros públicos y ha dejado en la ruina no sólo al país sino también a la inmensa mayoría de los que allí vivimos.
No sé si será otro show más, muy al estilo de sábado Sensacional cuando apelando al sentimiento de su gran audiencia le sacaban punta a los dramas existenciales de Lila morillo y su combo, hoy después de casi tres semanas de misterioso silencio Chávez nos sorprende con la noticia de que tiene un tumor abscesado con presencia de células cancerígenas.
Según tengo entendido este término (abcesado) se utiliza cuando un tumor es muy grande y por lo general se ha ramificado hacia otros órganos y hacia los huesos, también se utiliza en los casos de cáncer de colon, pero el punto es que no es esto lo que los venezolanos queremos, lo que si queremos es un presidente sano, dueño de sus capacidades físicas y mentales, que le permitan sentarse en un banquillo en la Haya a responder por sus atropellos de la dignidad y de los derechos humanos en contra de miles de venezolanos.
Y es que este ser malévolo tiene una carga muy pesada sobre su conciencia, la muerte de Franklin Brito, los venezolanos que han sido golpeados en su dignidad como la jueza Afiuni, el diputado José Sánchez Montiel (Mazuco), quien cumple condena de 19 años por homicidio calificado y padece lumbalgia severa, gastritis e hipertensión; a los ex funcionarios de la PM condenados a 30 años por los sucesos del 11 de abril, Arube Pérez y Erasmo Bolívar y los ex comisarios Iván Simonovis y Henry Vivas, a quienes se les ha violado el derecho a la salud al no permitir o retrasar los traslados para que ellos reciban atención médica.
Todo esto sin contar los miles de venezolanos que han perdido la vida en esta guerra sin cuartel que nos ha declarado la delincuencia, solo el año pasado hubo cuatro veces más muertos en Venezuela por esta causa (16.047) que en la guerra de Irak (4.644).
Desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999 han sido asesinadas 118,541 personas, según reporta el Observatorio Venezolano de la Violencia, esto sí es un verdadero cáncer, el cáncer del odio y de la violencia que ha desatado este señor en Venezuela.
Pero volviendo al tema dice un viejo adagio popular que el que a hierro mata no puede morir a sombrerazos, y es que las enfermedades no son producto del azar, hay quienes afirman que las enfermedades en principio son creadas por el mismo sujeto y su opinión general de la vida y de sí mismo, ahora imagínense la opinión que tiene nuestro presidente de sus propia gente que se tuvo que ir a cuba para aliviar sus dolencias.
Escuche en CNN que un médico cubano, por error, operó al presidente de un absceso pélvico, cuando se trataba de un cáncer de colon, como consecuencia, se produjo una fístula por lo que tuvieron que traer a un verdadero médico español para que se encargara de remendarles el capote a los cubanos. Y todavía Fidel Castro tienes las agallas de decir que Chávez es el hombre que más ha hecho por la salud y educación de su pueblo. Que contradicción.
Pero lo cierto aquí señor presidente es que usted y su revolución representan el verdadero cáncer en Venezuela, un cáncer que en 12 años ha hecho metástasis y se ha propagado por todas sus instancias, mermando la salud no solamente del Estado como tal, sino la de su pueblo que ya está cansado de tanta mentira y de tanta desidia.
Ojalá, aún cuando yo en lo particular lo dudo, que si toda esta nueva aventura es cierta lo haga recapacitar, porque sólo un cambio en su actitud puede generar grandes cambios no solo para usted sino para mi país, de lo contrario amárrese bien los pantalones porque si logra escapar de la justicia terrena, de la divina no hay quién lo salve.
Jorge Olivares Acosta
C.I. 5.603.180
jueves, 23 de junio de 2011
BANDALISMO CON CUARTEL
Por estas calles de Venezuela no solo anda suelto el malandraje que día a día azota sin cuartel a todos los venezolanos sin distinguir razas ni credos, porque aunque la gente que aún con posibilidades económicas también son víctimas de la delincuencia, estos de alguna manera se encuentran un poco más protegidos y seguros que aquellos que tienen que lanzarse a píe a la cotidianidad del robo de celulares, atracos, secuestros express, violaciones y a la cuenta de los 60 o 70 muertos todos los fines de semana.
Pero es que los índices delictivos que colocan a nuestro país como uno de los más peligrosos de América Latina y del mundo no provienen solamente del hampa común, que dicho sea de paso, es una responsabilidad absoluta del Estado por la falta de políticas orientadas a resolver, o al menos a detener este problema, sino que provienen del mismísimo Estado.
Un Estado forajido donde el vandalismo más aberrante se refugia en los cuarteles donde están los gaznápiros militares borregos de este régimen, desde donde se han fraguado guisos que van desde el famoso pero ya olvidado Plan Bolívar 2000, hasta los contenedores de pudreval, pasando por las famosas denuncias de Makled y los militares denunciados por narcotráfico y tráfico de armas a las FARC.
El otro bando, o mejor dicho la otra banda de delincuentes también tienen cuarteles; la Asamblea Nacional, donde se justifican y se taparea cuanta maraña hay en este gobierno, sin tomar en cuenta los shows mediáticos para vanagloriar el gran desastre que vive el país, el peor en los últimos 60 años y los homenajes realizados a criminales y delincuentes como Marulanda y Muamar Gadafi a quien se le otorgó nada más y nada menos que el Collar de la Orden del Libertador y una réplica de la espada de Bolívar.
La contraloría General de la República donde el insigne desaparecido, salvado de la justicia terrenal por la mano del creador, solo se dedicó a inhabilitar a opositores del régimen para que éste pueda mantener el control de todas las fechorías cometidas por el mismo.
La Fiscalía General de la República cómplice irrestricta de todos los desafueros de esta mal llamada revolución y que ineludiblemente quienes la han representado tendrán que dar respuestas al país el día que esta pesadilla se acabe, al igual que la Defensoría del Pueblo que hasta ahora nadie sabe para qué fue creada salvo por las contadas veces que sus titulares, de la manera más desvergonzada, han permitido las violaciones a los derechos más elementales de los ciudadanos.
Ni hablar de PDVSA y Rafael Ramírez, protagonista de los intocables y Jefe de la banda los “Nigerianos de Suramérica”, que en la jerga petrolera en el mundo es la peor referencia que se pueda dar a personas dedicadas a hacer los negocios más turbios jamás vistos en la historia de las grandes estafas petroleras.
Hay quienes aseguran que en la otrora gallinita de los huevos de oro, con el robustecimiento de la impunidad y la ausencia de una contraloría, se ha creado un caos, que ha fortalecido lo que en el argot de los brokers se identifica como un "fake bid" (la certificación de la trampa, o contratos falsos), dando rienda suelta a grandes negocios como los del cabotaje de los buques petroleros o mejor conocida como “prima por riesgo extraordinario” , contratos sin licitaciones y las compras de productos y equipos de alto calibre, con sobreprecios que dejan a los forajidos incalculables sumas de dinero, mientras el barco se hunde y nadie hace nada por evitarlo.
Casos como los de pudreval donde el robo a la nación fue por más de 2000 millones de dólares, el negocio de maletines, el de las 10.000 viviendas Iraníes, el de la entrega de petróleo a Cuba y a otros países en términos no comerciales, por razones estrictamente ideológicas y de estrategia política; el caso del fondo de pensiones de los trabajadores jubilados, la entrega de la faja petrolífera del Orinoco a empresas de Cuba, China, Bielorrusia, Irán, Vietnam, Uruguay y otros países sin tradición petrolera, solo representan algunas de las atrocidades de la política petrolera Chavista que le ha costado a la nación más de mil millones de millones de dólares en los últimos 12 años, representando un verdadero crimen para la nación.
La crisis eléctrica nacional cuya responsabilidad señala al mismo Zar de la revolución, es evidencia de la política de destrucción Chavista, más de 3.000 millones de dólares en gastos de emergencia, de los cuales 1.300 millones se suman a la gran deuda que este gobierno se ha empeñado en colocar sobre los 140 mil millones de dólares.
Es entonces mi amigo lector como los vándalos de este régimen se encuartelan en los fuertes, en las instituciones, en las sedes de los grandes poderes públicos, en los ministerios, desde donde se entretejen complicidades para planear y ejecutar los grandes zarpazos al erario nacional, en detrimento de un pueblo que sufre las grandes calamidades y paga hasta con la muerte en las calles por la ineficiencia y la corruptela mafiosa de Chávez y sus acólitos.
Quizás Dios no me dé vida para ver otra vez florecer a mi país, tarea por demás difícil, pero como dijo Diego Arria “Chávez, te espero en La Haya”, espero que si me alcance para verlos a todos, en cadena nacional, sentados en ese banquillo.
Jorge Olivares Acosta
C.I: 5.603.180
CNP. 5.953
lunes, 13 de junio de 2011
FELIZ DIA DEL TRABAJADOR
Ingratamente sorprendido quedé este pasado domingo cuando inesperadamente comencé a recibir una inmensa cantidad de mensajes de felicitación por el día del trabajador, lo cual me pareció verdaderamente irónico, porque jamás la clase trabajadora en este país había estado tan golpeada y tan humillada como en estos momentos en que paradójicamente el gobierno del presidente Chávez ha manejado los recursos más astronómicos que gobierno alguno haya tenido.
Y es que sólo hay que encender el televisor para darse cuenta que aproximadamente 6 de cada 10 noticias tienen que ver con trabajadores reclamando salarios justos, reivindicaciones, deudas acumuladas, despidos injustos, maltratos por parte de las fuerzas públicas bolivarianas por ejercer el derecho a la protesta, persecución de trabajadores de la economía informal y hasta sicariato y encarcelamiento de dirigentes sindicales.
Entonces yo me pregunto si realmente hay un motivo para celebrar o sentirse feliz por estarse conmemorando un día como este en el que la gran mayoría de los trabajadores venezolanos deben estar experimentando sentimientos de frustración y rabia.
Este gobierno que se hace llamar “Obrerista”, lo único que ha hecho es dejar en la calle a miles de trabajadores por el solo hecho de no comulgar con los caprichos del Dios supremo de la revolución, que no obedecen en nada a claros fundamentos ideológicos.
Botaron a más de 20 mil trabajadores de PDVSA, dejaron en la calle a cientos de miles de trabajadores pertenecientes a contratistas y empresas expropiadas y posteriormente quebradas. Cada día se suman más empresas a las cientos que han tenido que cerrar sus puertas por acoso y políticas públicas claramente orientadas a acabar con la iniciativa privada, sin ver que a quien realmente hacen daño es a la cantidad de trabajadores que se quedado sin el sustento de sus hogares.
Los salarios de hambre de profesores universitarios, médicos, trabajadores de la administración pública en general, enfermeros y enfermeras que tras una huelga de hambre de más de 35 días, tuvieron que hasta coserse los labios para lograr que se escuchara su clamor por un salario “justo”, es otra clara evidencia del irrespeto y el desprecio que siente este gobierno por la clase trabajadora.
No se discuten contratos colectivos, no existe una política de seguridad social y como si fuera poco tenemos 12 años esperando que los muy ocupados representantes del pueblo en nuestra gloriosa Asamblea Nacional, discutan y aprueben la tan esperada ley del trabajo.
Todo esto sin contar con las amenazas a los trabajadores de la administración pública para obligarlos a que pasen a formar parte de las filas del PSUV y de asistir como borregos a cuanta marcha se les ocurre para reivindicar al omnipotente líder de este gran desastre, so pena de perder sus puestos de trabajo.
Qué pena me da ver la concentración roja rojita que respalda y celebra no se qué en este día, porque en vez de estar al menos descansando, muchos y muchas, sin temor a equivocarme deben estar obligados como hace algunos años a este humilde servidor con una bronquitis a cuestas y ante una convocatoria a una marcha me dijeron “agarra tu gripe, la metes en una maleta y te largas pa´ la marcha”, cosa por supuesto que no hice, lo cual me costó todavía formar parte de la estadística del 8,6 por ciento (según el INE) de desempleados que hay en este país.
Jorge Olivares Acosta
viernes, 11 de febrero de 2011
MUBARAK EN ESE ESPEJO
Publicado en el Diario La Mañana el 12/02/11
Ciertamente que para la mayoría los venezolanos y de los que vivimos en este continente, se nos hace difícil entender los conflictos que tradicionalmente se viven en los países Árabes, probablemente porque sus culturas y sus religiones son totalmente diferentes a las nuestras.
Pero en esta oportunidad se han desencadenado una serie de eventos que si bien han trastocado las bases políticas de Túnez y de la República Árabe de Egipto, han puesto a temblar a más de un gobernante no solo de los países Árabes y del continente Africano, sino de todos aquellos en el resto de la bolita del mundo que teniendo “rabo de paja” pudieran estarse mirando en ese espejo.
Y no es para menos, porque en esta oportunidad la lucha no es territorial, ni por religión, ni por ninguna de esas razones por las que se viven matando en esas lejanas tierras, ahora el punto es más común y por lo común que es, podemos digerirlo y entender lo que está pasando en Egipto.
Lo primero que debemos entender es que los seres humanos poseemos por naturaleza el súmmum, que no es otra cosa que el límite, el borde, la raya, el colmo o esa capacidad de soportar hasta cierto punto todas esas cosas que desafían nuestra estabilidad y si se quiere nuestra paciencia.
Lo otro es que en esta oportunidad el común denominador es la acentuada crisis económica que están padeciendo la mayoría de los países del mundo, a lo que se suma la baja de los precios del petróleo en el caso de Egipto, porque para nosotros suben, aunque por la experiencia sabemos que eso no nos va a solucionar las grandes calamidades que estamos viviendo.
También se junta la cada vez menor producción petrolera, la ausencia de separación de poderes, sistemas autoritarios que se basan en estructuras corruptas y clientelares, y una carestía de la vida producida por el aumento de los precios de los productos básicos, lo que hace que se genere el súmmum provocando las protesta y las revueltas sociales.
A todo esto se suma el agotamiento de los liderazgos. Hombres mesiánicos que creen que el mundo se acaba sin ellos y que no hacen otra cosa que engañar a los pueblos y utilizar la ideología como instrumento para enquistarse en el poder 30, 40, 50, 60 años y de esa manera satisfacer su egocentrismo y el de sus acólitos y por ende engrosar sus ya abultadas arcas.
En Egipto, el pueblo en la calle no ha erigido ningún mensaje ideológico, solo expresiones de querer acabar con un régimen autoritario que está quitándole a su pueblo la posibilidad de comer, su libertad y las oportunidades de un mejor futuro.
Pero como en Egipto, ya muchos pueblos de este planeta, se están cansando de la represión, de la persecución, del malandraje que no respeta ni los bienes, ni la vida de las personas, de la injusticia, de la impunidad, de los que juegan con el hambre y la miseria de la gente.
Los pueblos son pacientes pero se cansan, tarde o temprano experimentan el súmmum, llegan al umbral de la paciencia y revientan como olla de presión para exigir lo que por ley de vida les pertenece y no hay ejercito, ni milicia que pueda con eso mis queridos gobernantes, en tanto yo si estuviera en sus lugares me Mubarak en ese espejo.
Lic. Jorge Olivares
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