jueves, 26 de agosto de 2010

PASAR AGACHAO

Publicado en el Diario La Mañana el día 24 /09/09

Frase que con frecuencia utilizamos los venezolanos cuando queremos pasar desapercibidos, y es que pareciera que ahorita andamos en esa onda frente a la descarada arremetida del gobierno (léase todos los poderes) en contra de las libertades en este país.
Según el Foro Penal Venezolano unos 2.000 opositores han sido procesados por diversas causas en los últimos siete años en Venezuela, de los cuales más de 40 permanecen detenidos. Sin embargo uno de los agentes gobierneros de esta revolución bonita dice que “no es lo mismo un preso político, que un político preso”. Perdónenlo por favor, fue que se le enredaron las dendritas.
El hecho es que cualquier persona privada de su libertad y que no haya sido sometida al debido proceso, representa una violación a los derechos humanos fundamentales y por ende una tragedia para la ya magullada democracia venezolana.
Primero fueron los militares de Altamira, luego los metropolitanos de Puente Llaguno, después siguieron periodistas, estudiantes, trabajadores y quien sabe cuantos más que se me puedan pasar en este momento y que a lo mejor son miembros militantes de los partidos políticos de las FAN, PM, CNP, Alcaldía Metropolitana, etc.
Pero la vida sigue (no para ellos), cada quien en lo suyo, a mi no me afecta, ese no es mi familia, mejor no me meto en eso; y mientras tanto pasan los días, pasan los meses y pasan los años, y los presos siguen presos; sin audiencias, sin sentencias unos y otros con peor suerte condenados a la máxima pena, habiéndoseles violado todos sus derechos.
Queridos amigos, no hay peor enemigo para un preso político que la negación de la justicia y el olvido de una nación. Así como Cristo murió por nuestros pecados, los que están tras las rejas por disentir, pagan por defender nuestra libertad, y a ellos les debemos respeto, admiración y sobre todo solidaridad.
No podemos permanecer inertes ante esta atrocidad que cada día suma presos, desterrados y victimas del apartheid laboral y social al que hemos estado sometidos en los últimos diez años. Tenemos que continuar elevando nuestra voz de protesta ante el mundo (ahora que al fin nos comienzan a creer) porque el miedo no es un buen aliado, este solo nos paraliza, nos inhabilita y le da mas poder a quien lo utiliza como arma.
No debemos olvidar que cuando se habla de la “protección de los derechos humanos”, se debe interpretar en el sentido de que se trata de “todos los derechos” y no de manera selectiva, o coyuntural de una parte de ellos. Precisamente, ese es uno de los grandes retos que plantea la Declaración Universal de los Derechos Humanos, su respeto, su observancia, su cumplimiento; y nosotros debemos ser garantes de que esto se cumpla, por lo que aquí no cabe ni el silencio ni el olvido. Lo otro es pasar agachao y que Dios nos agarre confesados.

Jorge Olivares Acosta

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