jueves, 26 de agosto de 2010

LA EDUCASTRACION AL PODER

Publicado en el Diario La Mañana el día 09/09/09

Yo creo que existe un gran consenso en cuanto a considerar que la educación es el factor indispensable para el desarrollo social y el crecimiento económico, así como que de este proceso se desprenden altos beneficios sociales, cuando existe una mayor formación en los individuos.
Cabe destacar que la educación como proceso social es amplia y diversa, por ello se le relaciona con todas las actividades humanas, entre las cuales está la adquisición de conocimientos o habilidades, pero lo que resulta más importante, es su función como formadora de valores, actitudes, aspiraciones y expectativas.
Mucho se ha dicho que Venezuela ha avanzado en los últimos 10 años (por aquello de las misiones) en materia de alfabetización, junto a otros países de la América Latina que fungen como caja de resonancia de cuanto disparate con vestigio de socialismo surja de este bello país , panacea del socialismo del siglo XXI.
Sin embargo no hay que pasar por la misión Robinson para saber que la generación y mantenimiento de la misma ostentan muchos problemas elementales, tales como: el deterioro de las instalaciones educativas, la escases de recursos, los docentes sin formación para ejercer su función, la ineficacia administrativa, y el desprestigio de la educación pública, con su inevitable consecuencia: la desvalorización de la escolaridad por las últimas generaciones.
Como profesor universitario puedo dar fe del deterioro y la mala calidad de la educación básica, cuando tengo que sentarme a corregir trabajos de una calidad muy por debajo de los que yo mismo hubiera podido realizar cuando estudiaba segundo o tercer grado de educación primaria.
Pero muy probablemente todas estas cosas se resuelvan con el nuevo modelo de educación castrada (léase al estilo de Castro) que nos plantean los 58 artículos de la recién aprobada Ley Orgánica de Educación.
No será porque no nos demos cuenta, los algunos pensantes, de cómo el poder fáctico, manejado por Fidel y seguido por politiquillos de segunda, tercera y cuarta, van haciendo todo lo necesario para lograr lo que debieron ser en su momento, digo yo, consejos de Maquiavelo a su Príncipe y que se han convertido en las reglas de oro de todo político que se precie:

1ro. Mantener al pueblo ignorante
2do. Divide y vencerás.
Lo primero siempre dará como resultado lo segundo y así vamos, siglo tras siglo, década tras década, año tras año, sufriendo desde la conciencia del darse cuenta y desde el dolor espiritual que da la impotencia de no poder hacer nada al respecto más que acogernos al único derecho que todavía nos queda: el derecho al pataleo ( con la poquita libertad de expresión que nos queda, no se hasta cuando…), aguantando el tirón de la sociedad del miedo, del victimismo, de la crisis que, como las epidemias controladas, nos sueltan y organizan cada tanto tiempo para que no nos creamos que el estado de bienestar es algo a lo que tenemos derecho los de a pie.
Siempre pensé que este mal que nos azota era un mal necesario, y recordaba mis inicios en la escuela de Comunicación, cuando tratando de resucitar algunos de los muertos mentales que nos rodean en este mundo de zombis, alienados por el sistema y descerebrados por la televisión (El Huésped Alienante de mi profesora Marta Colomina), tratábamos de despertar a algunos de los moribundos que clamaban porque se les echara una mano y se les abrieran los ojos para salir de esa nauseabunda mediocridad, pero que va, no fue así; el remedio fue peor que la enfermedad.
Hoy estamos aquí, al borde del abismo y sin saber que hacer. Políticos y politiquillos van y otros vienen, pero aún no se ve la luz al final del túnel, solo resta saber si estos muchachos, unos valientes y otros ni enterados saldrán a defender lo que tanto les costo a las generaciones que nos antecedieron: la libertad.

Jorge Olivares Acosta

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