viernes, 23 de abril de 2010

¿ ESPERANZA O ILUSION ?


Publicado en el Diario La Mañana el día 16/04/10

Los éxitos y los fracasos siempre traen como consecuencia un aprendizaje que por lo general nos indica si debemos continuar o no con la misma estrategia para seguir alcanzado los resultados que deseamos.
En Venezuela han pasado muchas cosas en los últimos 10 años que pareciera, a juzgar por el comportamiento de muchos de nuestros dirigentes políticos, que no han asimilado las lecciones y que por consiguiente nos tocara que pagar muy caro semejantes errores u omisiones.
La estrategia del gobierno es clara y Maquiavélica: dividir, excluir, enfrentar, destruir, confundir utilizando como herramienta la ilusión que como el oso abraza y desintegra sin compasión la esperanza de todos los venezolanos, sin duda con mucho éxito.
Mientras tanto una significativa mayoría de los que aquí vivimos seguimos sumergidos en la esperanza (uno de los sentimientos más positivos y constructivos que puede tener un ser humano), pese a que la esperanza es algo muy difícil de sentir en casos de depresión, angustia o ansiedad, patologías estas muy comunes en estos tiempos.
No obstante que ha sido la esperanza la que ha prevalecido en estos años, creo que hemos vivido en la ilusión, creando o creyendo un mundo mejor y lo que hemos hecho es engañar a los sentidos, porque la realidad es otra muy contraria a lo que soñamos.
Para los psicólogos la ilusión es una esperanza que no tiene fundamentos, es decir un espejismo. Sin embargo Maquiavelo que comparte la concepción Aristoteliana de la costumbre como una potencial segunda causa de ilusión, su principal aporte es concebirla como el principal instrumento político del que disponen los gobiernos para confundir a sus pueblos cada vez que sea necesario para la mantención del poder. Lejos de estar preocupado de las premisas del humanismo, Nicolás Maquiavelo claramente reconoce que “un gobernante que desea mantener su poder debe estar preparado para actuar inmoralmente cuando ello sea necesario”. Más aún, para Maquiavelo, el engaño de los pueblos no solo es algo necesario para los gobernantes, sino que también a menudo deseado por la propia gente. ¡Dios! y es que todavía hay gente que tiene la ilusión de que vivimos en el propio mar de la felicidad, aunque no haya agua, ni luz, ni comida, ni trabajo, ni seguridad, ni salud, ni esperanza.
Como mantener la esperanza si es que hasta a nuestros hijos los van a convertir en guerrilleros, imberbes con fusil en mano, que me hicieron recordar las tristes imágenes de niños matando inclusive a sus amigos y familiares en la pasada guerra civil de nuestro hermano país El salvador.
Mi preocupación no es ni siquiera lo que esta pasando, sino lo que va a pasar cuando toda esta pesadilla acabe, vienen tiempos mucho más difíciles y creo que todavía mucha gente, empezando por nuestros líderes o mejor dicho por nuestros políticos, no lo han entendido.
Les recomiendo leerse o releerse a Maquiavelo, que finalmente termina reconociendo que esa tendencia general del pueblo, a ser satisfecho por apariencias o ilusiones, conduce comúnmente a su propia ruina.




JORGE ALFREDO OLIVARES

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